El carnet de la patria en Venezuela es una extensión de la libreta de abastecimiento
Cuba, Chile, Nicaragua, Argentina y Venezuela utilizan o han utilizado los subsidios alimentarios como medida de control, la dictadura venezolana suma la tecnología para arreciar el control
Tener a la población controlada es por demás, una de las garantías de los regímenes socialistas para mantenerse en el poder. Se ha visto prueba de ello en distintas etapas de la historia de América Latina, por no mencionar sus orígenes en la Rusia comunista.
Hace pocos días la libreta de abastecimiento cumplió 59 años de existencia en Cuba. El método pasó a ser permanente a pesar que el precursor de la incipiente dictadura, Fidel Castro, prometía que sería temporal, rumbo a una nación supuestamente próspera. La libreta de racionamiento sufrió cambios, el pasado gobierno de Raúl Castro la calificó de obsoleta y redujo la cantidad de productos para eliminar muchos de los subsidios. Con la pandemia por COVID-19 volvieron a sumar productos.
La libreta de abastecimiento ha sido bautizada de muchas maneras, pero el objetivo es el mismo: racionar los alimentos ante un aparato productor destruido y mantener a una población dependiente del Estado mediante subsidios alimentarios. Tal como declaró hace poco Frank Polo, excandidato al congreso de EE.UU. quien huyó de Cuba hace 27 años: «Te quitan el techo, la comida y crean un ser humano que no le interesa la política. Un ser humano que es apolítico porque tiene que pensar primero en comer».
Basta ver el caso de Venezuela como otro ejemplo moderno de control hacia los ciudadanos. El chavismo ha creado células políticas como los Círculos Bolivarianos, implementado el Carnet de la Patria o ejecutando los famosos Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). El significado de estas y otras medidas era analizado en 2017 por el exlíder opositor, Jesús Torrealba.
“A más hambre, más desesperación, y quien controla los alimentos controla el hambre y controla a los hambrientos. A eso hay que añadirle una cierta tecnología que demostró su eficacia (…) ahí está el Carnet de la Patria operando como mecanismo de control del hambre (…) una operación ciertamente sofisticada de manipulación por hambre y coerción tecnológica (…) Maduro logró convertir el hambre no en una desventaja del Gobierno, sino en una fortaleza electoral”.
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