A pesar de que el presidente ruso prohibió que la tropa hiciera llamadas particulares, muchos lo hicieron y ahora las grabaciones salieron a la luz donde opinan sobre los asesinatos que les obligan a cometer, la escasez de equipos y de alimentos que padecen, mientras los familiares les cuentan sobre el desfile de ataúdes de soldados rusos que llegan constantemente a algunas ciudades
Casi dos meses tardaron los periodistas del diario The New York Times transcribiendo las cientos de llamadas que hicieron soldados y oficiales rusos a su familias, novias o amigos.
Los audios fueron grabados durante el mes de marzo y en fechas posteriores, luego de solo 5 semanas de iniciada la invasión rusa.
Luego de dos meses de trabajo traduciendo las grabaciones, el diario asegura que, “los soldados describen una crisis en la moral y la falta de equipo...dicen que les mintieron sobre la misión en la que estaban; además, que les faltan dispositivos de visión nocturna y chalecos antibalas adecuados”.
Las conversaciones que van “desde lo mundano hasta lo brutal, incluyen críticas contundentes a Putin y a los comandantes militares; se quejan de errores estratégicos y de una grave escasez de suministros. Confiesan haber capturado y matado a civiles no combatientes y admiten abiertamente haber saqueado casas y negocios ucranianos”. Uno de los soldados, apellido Yevgeniy, asegura a su esposa: “Estamos perdiendo”.
Otro soldados, Nikita, del Regimiento 656 de la Guardia Nacional, le dice a su compañero que “90 hombres murieron a su alrededor cuando fueron emboscados mientras conducían”. Mientras que en un teléfono compartido por miembros del 331° Regimiento Aerotransportado, un soldado llamado Semyon estima que ‘un tercio de su regimiento murió'. Otro describe filas de ataúdes que contienen los cuerpos de 400 jóvenes paracaidistas que esperan ser devueltos a casa desde un hangar del aeropuerto”, señala el NYT.
También se escucha que todo el Segundo Batallón de 600 soldados fue aniquilado. Incluso, un soldado llamado Andrey le dice a su padre que “más de la mitad de su regimiento ‘se ha ido’ y que el comandante de su regimiento, Sergey Sukharev, murió en los combates”.
Por su parte, los familiares es responden describiéndoles que hay “filas de cadáveres y ataúdes que llegan a sus ciudades", mientras los soldados advierten que pronto regresarán aún más cuerpos. Una mujer le dice a su esposo que todos los días se lleva a cabo un funeral militar. Otros aseguran que han tenido que iniciar un tratamiento con el psicólogo.
Serguéi, un combatiente ruso, le confiesa a su novia que “su capitán ‘ordenó la ejecución de tres hombres que pasaban por nuestro almacén’ y que él se ha convertido en ‘un asesino’; mientras que le cuenta a su madre sobre la ‘montaña de cadáveres’ en el bosque”.
Aunque muchos quieren desertar, hay razones de peso para estar allí, pues necesitan la paga. Y es que hay que decir que, además de sus salarios mensuales, los soldados dicen que ganan el equivalente a 53 dólares diarios si permanecen en combate.
El diario revela la voz de una esposa que le dijo a un combatiente: “No necesito tu maldito dinero. Solo necesito que me devuelvan a mi esposo”.
Fuente: El Cooperante
Ridícula e incongruente nota, muchos errores y contradicción
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